Esta actividad conduce a los niños a una reflexión lingüística: anticipar un cambio de estructura cuando un verbo se sustituye por
su opuesto.
La primera parte de la actividad es igual que la descrita en la ficha de color amarillo. 11: un niño efectúa
una acción concreta (ejem. Abrir la puerta), se escribe el enunciado alusivo y se ubican las partes de la oración. Luego el maestro
pide al niño que efectúe la acción contraria (cerrar la puerta). A continuación hace al equipo las preguntas pertinentes para llegar a
la escritura de la segunda oración: ¿cómo podríamos hacer para que ahora diga...? ¿Tendremos que cambiar algo?, etc.
Ejemplos:
1 .- María abrió la puerta
María cerró la puerta
2 .- Ernesto tiró una goma.
Ernesto levantó (ó recogió) una goma
3 .- Carmen destapó el frasco
Carmen tapó el frasco, etc.
VARIANTE
El maestro escribe una oración cuyo verbo admita un antónimo; por ejemplo escribe:
Juan subió la escalera
Lee el texto y conduce a los niños hacia el análisis de las partes de la oración. Luego pregunta: ¿Cómo podríamos decir que Juan
hizo lo contrario de subir la escalera?
Los niños pueden proponer:
- Agregar el adverbio de negación (Juan no subió la escalera)
- Cambiar el verbo (Juan bajó la escalera).
En ambos casos el maestro conduce, mediante preguntas, a la reflexión sobre el cambió necesario en la escritura de la oración:
Aquí yo escribí Juan subió la escalera ¿Qué tendremos que hacer para que acá diga Juan no subió la escalera o ¿Qué palabras hay
que cambiar para que diga Juan bajó la escalera? ¿Donde ponemos bajó? ¿Qué tendremos que borrar?, etc.
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