Se pretende que los niños, mediante la confrontación de su propio trabajo con el de los compañeros:
_ se aproximen al descubrimiento de la que escritura de una palabra es independiente de las características del objeto por ella representado.
_ comiencen a relacionar la escritura con los aspectos sonoros del habla.
El maestro proporciona a los niños imágenes pertenecientes a un mismo campo semántico (por ejemplo, animales). Les da además tarjetas en las cuales estén escritos los nombres de esos animales.
Pide a los alumnos que le pongan su nombre a cada
animalito y los estimula a que comenten y discutan entre ellos por que pusieron
determinados textos a las figuras.
El maestro participa en la actividad pidiendo justificación de respuestas, confrontando hipótesis, planteando situaciones de conflicto cognitivo, etc.
Ejemplo: un niño coloca el texto mariposa a la imagen de un león y el texto rana para la imagen de una hormiga; lo justifica diciendo que el primer texto corresponde a león porque este es más grande y que rana le queda bien a la hormiga porque es chiquita.
En este caso, es evidente que el niño relaciona el texto
con el tamaño del referente; por tanto el maestro conduce al niño a reflexionar
acerca de la relación escritura-aspectos sonoros del habla: ¿qué es más largo,
decir hormiga o decir león? Le ayuda a silabear la palabra, dando una palmada
por silaba; invita a compañeros de otros niveles de conceptualización a que
interpreten los textos y estimula la confrontación de opiniones.
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